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lunes, 11 de octubre de 2010

APOYO A LA LUCHA DEL MOVIMIENTO EN DEFENSA DE LA PACHA











Cátedra de Estudios Americanistas



30 de Septiembre de 2010

A toda la sociedad:

La Cátedra de Estudios Americanistas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA acompaña la lucha del Movimiento en Defensa de la Pacha por Punta Querandí.

En el norte del Gran Buenos Aires, en una zona rural de humedales y sitios arqueológicos con enterratorios humanos de los pueblos originarios (según los fechados de los arqueólogos son de 500 años antes de la Conquista, o sea año 1000), se están construyendo desde fines de los 90’ megaemprendimientos de barrios privados, arrasando con el medioambiente, desplazando a los pobladores preexistentes (población mestiza, migrante, no indígenas o sin auto reconocimiento).
Como bien se sabe, la presencia milenaria indígena en Buenos Aires, en particular en la región cercana a la Capital Federal, está absolutamente silenciada.
La construcción de countries se da en una zona muy amplia, pero el conflicto se dispara por un predio en particular, denominado Punta Querandí (unas 2 hectáreas), en el norte de Tigre, más precisamente en la localidad de Dique Luján, a 50 kilómetros de la Capital Federal.
Integrantes de pueblos originarios que viven en el área metropolitana, junto a vecinos, pobladores rurales, ambientalistas, resisten las pretensiones de la empresa EIDICO (Emprendimientos Inmobiliarios de Interés Común) ligada al Opus Dei y a funcionarios en el Gobierno de Tigre (uno de sus directivos, Jorge O’Reilly, fue asesor de Sergio Massa cuando éste estuvo en la Jefatura de Gabinete de la Nación). La resistencia, activa desde febrero montó un campamento permanente en el lugar, para evitar que la empresa se lo termine de apropiar, luego de haber arrasado con los desmontes.
A pocos metros de este acampe se levanta un convento y una iglesia que cuenta con el aval de la Diócesis de Zárate-Campana, allí hay curas estadounidenses.
Las tierras reclamadas por Pueblos Originarios, vecinos y ambientalistas están en un predio ferroviario: antigua estación intermedia de un ramal del tren que fue clausurado en 1967. El lugar siguió siendo utilizado públicamente, convirtiéndose en un recreo popular, lugar donde la gente va a pescar y pasar el día, además de que es foco de distintas historias de apariciones y folklore local. El predio se llama Punta Canal, ahora fue renombrado “Punta Querandí”, es el kilómetro 4 del antiguo camino del tren. Ahora bien, todo ese camino es conocido en la zona como “el camino de las vías muertas”, es un lugar histórico para la sociedad regional. Y el Estado se lo vendió, desde el kilómetro 1 +690 hasta el kilómetro 4 +378 (unas 10 hectáreas en total, dentro de las cuales está Punta Querandí), a dos sociedades anónimas (de EIDICO) para hacer countries. El precio de la venta es vil, alrededor de 17 pesos el metro cuadrado, lo que contrasta con el valor que vende la empresa es 50 dólares el metro cuadrado.
El organismo que gestiona las tierras ferroviarias es la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), dependiente del Ministerio de Planificación Federación de Julio de Vido. Se le pide al Estado anule esta venta porque hay distintas irregularidades, pero además por una cuestión sencilla: se vendió como si fueran tierras abandonadas sin tener en cuenta que eran un camino, un lugar histórico y un lugar de sitios sagrados de los pueblos originarios.
ADIF todavía no les escrituró, tienen dos boletos de compra-venta con cláusulas que posibilitan volver atrás la operación. Entonces se exige que esas cláusulas sean aplicadas y la venta se anule. ¿En beneficio de qué? En las tierras de Punta Querandí, se quiere reforestar el lugar, que vuelva a ser público, y construir algún tipo de espacio cultural para reivindicar a los pueblos originarios, pero además que sea una referencia del proceso de reparación a las naciones indígenas que fueron barridas del “Gran Buenos Aires” luego de la segunda fundación de Buenos Aires con Juan de Garay, el mismo que es homenajeado, al igual que Pedro de Mendoza, por el famoso Obelisco.
¿Las tierras públicas del Estado deben servir a proyectos restrictivos y privativos para la mayoría de la población; o deben servir para el beneficio de toda la población y, en este caso, por tratarse de tierras con “restos arqueológicos”, para comenzar una ya postergadísima reparación a las naciones que fueron masacradas en tiempos de la Conquista?
De más está decir que a las personas que se van a vivir a los countries, que en los emprendimientos de EIDICO participan como “pequeños inversores” en la construcción del country, les dicen que son tierras abandonadas, sin uso y sin historia.
Lo que está de fondo acá es una nueva conquista, el mercado inmobiliario y los gobiernos en cuestión han definido que todas estas tierras –miles de has de humedales en los partidos de Tigre y Escobar- sean ocupadas por familias de clase alta, y desplazar y/o desalojar a la población preexistente, de sectores más humildes. Como en la conquista, en el caso de los emprendimientos de la empresa EIDICO, los lugares son conquistados y luego renombrados con nombres católicos. Por ejemplo, Punta Querandí sino fuera por el campamento de vecinos e indígenas, hoy sería anexado al barrio San Benito, en homenaje al Papa Benedicto.
Los countries se urbanizan sobre tierras inundables, rellenando y dejando a la población preexistente en un pozo, con lo cual sufren obvios impactos ambientales (se inundan más que antes), además de que se apropian de cursos de agua, del acceso a la costa, de calles públicas, etc.

Los Querandíes y otros pueblos de la zona hicieron una resistencia heroica y lograron hacer fracasar la primera fundación de Buenos Aires (1536-1541), hoy con la fuerza de los antiguos se está poniendo un freno a uno de los poderes económicos más poderosos de esta etapa histórica, el negocio millonario detrás de las urbanizaciones privadas y nuevamente la Iglesia actúa como cómplice o partícipe de uno de estos dos bandos.
¿Qué pasará? No sabemos, pero la bandera de los Querandíes está bien alto como siglos anteriores y promete nuevas rebeliones en otros distritos cercanos a la Capital Federal.




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